Bueno, ya tenemos nuestros bellísimos libros almacenados en la bodega de la editorial, sí, ahora falta una parte importante del proceso: la promoción. El objetivo principal, desde que el autor realiza el manuscrito es que nuestro bellísimo ejemplar sea leído, es por esto que es necesaria una campaña para darlo a conocer.

Dependiendo del texto y del público al que va dirigido es que se realizan diversas promociones como:

En el forro o camisa: es información que se pone en la contraportada o en las solapas la cual explica, brevemente, el contenido del libro para que el posible lector tenga idea de qué es lo que leerá. También la portada debe ser atractiva para que así, estos dos componentes sean el gancho para atraer posibles nuevos lectores.

Los ejemplares para reseñas son aquellos que están destinados a periódicos, revistas, radio y televisión, entre otros, los cuales puedan ser regalados por estos medios de comunicación que tienen un público específico. Es económico para la editorial pues así no gastará en anuncios publicitarios.

Las copias para presentación son ejemplares que se les regala a personalidades influyentes en el libro para que éstos opinen del libro y lo difundan. Suelen ir acompañados por una nota del autor o el editor para hacerlo más personal.

Los libreros reciben anuncios del editor los cuales sirven como otra forma de promoción al darles aviso de los nuevos títulos que saldrán a la venta para que los encargados de las librerías estén al tanto y puedan realizar pedidos a la editorial.

Las visitas de representantes de venta se hace para que una persona de la editorial se ponga en contacto con los posibles compradores, ya sean librerías o instituciones, para así dar a conocer los nuevos libros y poder venderlos de una manera más personal. También funcionan como agentes viajeros los cuales llevan la información a distintos lugares para así promocionar los libros.


Si bien las publicaciones periódicas o la radio y televisión están infestados de anuncios publicitarios, la editorial puede pagar una inserción en algún medio de comunicación para así publicitar el libro. Esto es muy caro pues los espacios y tiempos no son económicos.

Los cupones son regalados con el fin de establecer un estudio de mercado por parte de la editorial. Ésta práctica desfavorece a los libreros pues los cotizados cupones resultan una pérdida económica para los vendedores al menudeo.


Los anuncios por correo es promoción específica, son enviados al público que se cree puede ser el posible comprados. En los países desarrollados ésta práctica es eficiente a comparación a los subdesarrollados en los cuales el correo es ineficiente.

Las listas de posibles compradores son bases de datos las cuales muestran al público que previamente ha comprado ejemplares relacionados a nuestro bellísimo libro los cuales pueden estar interesados en la nueva publicación. También la lista de maestros en el caso de libros de texto para estudiantes; o a especialistas, pongamos el caso de una nueva publicación con temas científicos; la base de datos de maestros, y compradores de otras publicaciones puede ser clave ya que el nuevo libro no será vendido a abogados.

Muchos sufrimos la llamada de nuestras puertas de vendedores de enciclopedias que nos otorgaban un crédito en la compra. Ésta es otra manera de promocionar ejemplares. Pero también se otorgan créditos en la compra con tarjetas bancarias.



Otra forma de promoción es en radio y televisión donde se promociona un libro haciendo que el locutor o presentador de algún programa lo recomiende o bien, algún especialista hable de la nueva publicación.

Los carteles son una manera visual de que la gente se entere de nuestro bellísimo libro. Aunque esto presenta un problema en costos –por la impresión a color y el pago al diseñador- y en espacios.



Aunque no sean muy comunes en nuestro país, las exposiciones son un muy buen espacio donde se puede promocionar nuestro bellísimo libro ya que a ella acude un público selecto, es decir, el que está interesado en comprar o en saber los nuevos títulos de ese año.

Si bien la gente se va por el renombre, se suele promocionar mediante informar de los premios que recibió el autor o nuestro bellísimo libro.

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