Aunque hemos visto en las lecturas anteriores, nuestro editor estrella no puede ser un todólogo, no puede manejar tantas cosas. Es por lo anterior, que ya cuando un manuscrito tiene luz verde para convertirse en un libro, es necesario que pase antes por un corrector.

La labor que realiza el corrector, es sobre el manuscrito. Es quien lo enchula, osea, hace que las ideas plasmadas por el autor sean comprensibles en todos los aspectos para el lector.



Además, el corrector es quien toma, en esta parte del proceso, las riendas del manuscrito y es quien debe tener contacto con el autor, el traductor, el tipógrafo, el diseñador y el dibujante.

Aunque los autores sienten que su preciado manuscrito es absolutamente perfecto, el editor debe mandarlo a un corrector para que este, conocedor de lo que hace, corrija todos los aspectos de la forma de escribir, para así, convertirlo en un flamante libro.

El corrector debe tomar en cuenta una serie de aspectos para pulir el manuscrito:
Legibilidad: esto es si el manuscrito está escrito a mano por el autor, y en este aspecto, debe hacer que sea entendible cada letra para facilitarle el trabajo al tipógrafo. Con la máquina de escribir y la computadora, éste paso se elimina.

Unificación: es verdad que existen varias formas de escribir una palabra, para este paso, es necesario unificar en el libro la escritura. Por ejemplo: obscuro y oscuro.

Ortografía: aunque la educación básica hace su mayor esfuerzo para que tengamos una ortografía impecable, en muchas ocasiones esto no funciona. Así que se debe checar para que no existan faltas ortográficas. Y hoy en día, con la maravilla de Word, imaginamos que nos marcará todas las faltas, pero aún no lo programan para ser selectivo, por ejemplo, no marca los errores en cuanto a los verbos en pasado se trata.

Trasliteración: este aspecto se refiere a cuando un libro se traduce. Es necesario que no sólo lo hagan de idioma, sino también, debe tomarse en cuenta el aspecto cultural.

Veracidad de la información: en este punto, es también el trabajo del corrector, el verificar los datos que el autor exponga, pero nuestro flamante corrector, no podrá detenerse en esta cuestión.

Ya cuando el corrector decide que está completo, se lo regresa al autor para que revise el manuscrito y así, continuar el proceso del libro.

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